Depresión Infantil

Todos sabemos que la depresión es un mal que aqueja a un gran número de personas, de todas las edades, razas y condiciones sociales. Sin embargo existen personas que consideran que los niños no se pueden deprimir. Esto es equivocado. Existe la depresión infantil y se presenta frecuentemente en niños y adolescentes que han sufrido una pérdida importante como la muerte o la separación de uno de los padres o abuelos, que tienen deficiencia de atención, mucha presión en casa o en la escuela, baja autoestima, conflictos en casa, cambios de domicilio y con ello estilo de vida, amigos y escuela. También las constantes expectativas de ser el mejor, el más inteligente, el más guapo, y la falta de certidumbre  son causas o detonantes de esta enfermedad. Frecuentemente los síntomas de la depresión infantil se confunden con berrinches o estados de ánimos propios de la adolescencia y que “ya se les pasará”.

La depresión requiere asistencia médica ya que es una enfermedad y quien la padece normalmente no es capaz de salir de un estado de tristeza, apatía, desánimo y soledad tan sólo con proponérselo. Aun cuando es un apoyo importante, los padres no pueden sacar de este estado a los niños por el hecho de sacarlos a pasear, comprarles cosas o alentarlos. Es común que el tratamiento requiera de fármacos además de terapia y es muy importante que si se detectan estos cambios de estado de ánimo, enseguida se consulte a un médico ya que una intervención apropiada y a tiempo puede eliminar por completo los síntomas y ayudar grandemente a los niños y adolescentes que padecen esta enfermedad cada vez más recurrente.